Dos son los pilares fundamentales de la cultura occidental y europea: el mundo clásico grecorromano y el pensamiento judeocristiano. Aquí nos vamos a centrar en el primero y ahora más concretamente en su mitología.
Para empezar no existe una una definición unívoca y simple, si bien podemos resumir algunas de ellas diciendo que mito es un relato tradicional, que pretende ser verídico, sobre la actuación memorable y ejemplar de unos personajes extraordinarios en un tiempo prestigioso y lejano. En cualquier caso, existen varios tipos de mitos:
Sobre los orígenes
Del mundo: cosmogonía
De los dioses: teogonía
De los hombres: antropogonía
Sobre las hazañas
De los dioses: teológicos
De los héroes: épicos
Sobre el porqué de determinadas instituciones políticas, sociales o religiosas: etiológicos
Sobre la vida futura y de ultratumba: escatológicos
Sobre las luchas entre los principios morales: morales
Por otra parte, tras este intento de definición pasamos a relacionarlo con otras expresiones con las que se producen frecuentes confusiones:
Mito: narra, en lenguaje simbólico, los elementos originarios básicos de una cultura que suelen estar fuera del tiempo y se ocupa principalmente del nacimiento del universo, los dioses y los hombres o del origen de las creencias, ritos y formas de vida de un pueblo.
Leyenda: narra una historia popular, creída tanto por el narrador como por la audiencia, acerca de héroes caracterizados como seres humanos de notable relieve en la colectividad a la que pertenecen y encuadrados en una familia y época determinadas.
Leyenda: narra una historia popular, creída tanto por el narrador como por la audiencia, acerca de héroes caracterizados como seres humanos de notable relieve en la colectividad a la que pertenecen y encuadrados en una familia y época determinadas.
Cuento: es un relato popular, no considerado verídico ni por el narrador ni por la audiencia, que ocurre en un mundo fantástico lleno de personajes extraños y mágicos, indeterminados en cuanto a familia, época y colectividad, y con gran variedad de argumentos, aunque normalmente implica a un héroe o heroína desvalido que debe enfrentarse a empresas casi imposibles.
El mundo occidental siempre ha querido poner enfrente el mito (μῦθος) y la razón (λόγος), así como con historia. Pero los límites siempre han sido borrosos. “El paso del
mito al logos”, del que los griegos fueron protagonistas, es la
expresión con la que se hace referencia al origen de la filosofía como
superación de las formas míticas y religiosas de pensamiento y al advenimiento
de un pensamiento racional que incluye tanto la filosofía como la ciencia.
Además, aunque el concepto de mito se ha mantenido, el vocablo ha variado su sentido. Ya en el mundo griego había diversas formas de acercarse al mito (según el autor que lo plasme), pero más varió su sentido en época cristiana en que pasó a ser sinónimo de anatema por lo que el término casi desaparece a favor de los de leyenda y cuento (lo que pudo influir en la confusión actual). Actualmente se ha invertido el uso de la palabra hasta el punto de que cualquier cota alcanzada por el hombre es calificada de mítica.
Finalmente hay que decir que los griegos no sólo crearon una mitología, sino que inventaron la mitología en el sentido de "ciencia de los mitos", en cuyo estudio es fundamental el momento de la interpretación. Son múltiples los modelos interpretativos, aunque los más extendidos son:
_ El método alegórico, surgido en el s. VI a.C. con Teágenes de Regio, quien supone que tras la exposición literal de los mitos se esconde un sentido moral que se descubre con ayuda de la homonimia y la metáfora.
_ El método evemerista, surgido en el s. IV a.C. con Evemero de Mesene, quien considera que tras los dioses como supuestas entidades reales, se esconde un antiguo rey elevado a la categoría divina por sus hazañas y cualidades.
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