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jueves, 22 de marzo de 2012

PERSÉFONE

"Proserpina" de
Dante Gabriel Rossetti.
 
Perséfone (Περσεφόνη, ‘la que lleva la muerte’) es hija de Zeus y de Deméter. La joven doncella, que en un principio se llamaba Kore (Κόρη, ‘doncella), cambió su nombre por el de Perséfone cuando fue raptada por Hades y convertida en la reina del Inframundo.

En otros dialectos era conocida por otros nombres, como Persephassa o Persephatta. Homero la llama Persephoneia (Περσεφόνεια). Los romanos tuvieron noticia de ella por primera vez a través de las ciudades eólicas y dóricas de la Magna Grecia, donde usaban la variante dialéctica Proserpina (del latín proserpere, ‘emerger’) o Leptinis.

Perséfone está vinculada al mito de la primavera y es una deidad de vida, muerte y resurrección.



VISIÓN GENERAL

Perséfone, de Christian Friedrich Tieck
Su historia de Perséfone tiene un gran poder emocional: una doncella inocente, el dolor de una madre por el rapto y el regreso de su hija. También es citada con frecuencia como un paradigma de los mitos que explican procesos naturales, con el descenso y el regreso de la diosa provocando el cambio de estación.

Pero los griegos también conocían otra faceta de Perséfone. Ella era además la terrible Reina de los muertos, cuyo nombre no era seguro pronunciar en voz alta y a la que se referían como «La Doncella». En la Odisea, cuando Odiseo viaja al Inframundo, alude a ella como «Reina de Hierro». Su mito central, aún con toda su familiaridad emotiva, era también el contexto tácito de los extraños ritos iniciáticos secretos de regeneración de los misterios eleusinos, que prometían la inmortalidad a sobrecogidos participantes: una inmortalidad en el mundo subterráneo de Perséfone, en un banquete con los héroes bajo su pavorosa mirada.

Sin embargo, Perséfone no tenía una posición estable en el Olimpo. Solía vivir muy lejos de los demás dioses, siendo una diosa de la naturaleza anterior a plantar semillas y cultivar plantas. En la tradición olímpica fue cortejada por los dioses Hermes, Ares, Apolo y Hefesto, pero ella rechazó todos sus regalos y alejó a su hija de la compañía de los dioses. Así, llevaba una vida pacífica hasta que se convirtió en la diosa del inframundo, lo que, según los mitógrafos olímpicos, no sucedió hasta que Hades la raptó y la llevó allí con él.

GENEALOGÍA.

Según la Teogonía de Hesíodo, Perséfone era hija de Zeus y Deméter: “Y él [Zeus] fue a la cama de la abundante Deméter, quien concibió a Perséfone, la de blancos brazos, robada por Hades del lado de su madre”.

Casada con Hades, en muchos de los tratados de mitología griega se afirma que no tuvieron descendencia. Sin embargo, según los órficos son los padres de las Erinias (Tisífone, Megera y Alecto).

Junto a Zeus engendró a Zagreo, quien por instigación de Hera fue despedazado y posteriormente resucitado con el nombre de Yaco, y a Melinoe (Μελινοη, "Pensamiento oscuro"), diosa griega  de los fantasmas y de las ofrendas de propiciación hechas a los difuntos que cada noche descendía a la tierra acompañada de un séquito de fantasmas (cf. los misterios órficos). Se dice que Zeus tomó el aspecto de Hades y sedujo a Perséfone en el río Estigia, aunque algunas tradiciones atribuyen la paternidad de Melinoe al mismo dios Hades.

EPÍTETOS.

Deméter y Perséfone. Relieve del S. IV
Perséfone (“la que lleva la muerte”) es su nombre en la literatura épica de la Grecia jónica, cuyo nombre no era seguro pronunciar en voz alta y a la que se referían como «La Doncella».

Era frecuente referirse a Perséfone y su madre Deméter como aspectos de la misma diosa y eran llamadas «las Deméters» o simplemente «las diosas».

REINO

Como esposa de Hades, es reina del Inframundo, mandaba a espectro, gobernaba a los fantasmas y llevaba a cabo las maldiciones de los hombres.

Como hija de Deméter, ambas diosas fueron honradas como las principales divinidades de la abundancia y de la fertilidad, y por los agricultores que celebraban, en la época de la cosecha, fiestas como las Tesmoforias y las Eleusinias.

REPRESENTACIÓN Y ATRIBUTOS

Se la representa siempre joven con un ramo de narcisos o también sentada en un trono de ébano con una antorcha en la mano. Otras veces la encontramos en un carro tirado por caballos negros, junto a Hades.
Su atributo es la granada.

MITOS Y LEYENDAS

    Orfeo y Eurídice, de Rubens 
  • El romance de Eurídice y Orfeo. Perséfone, como despiadada reina de los muertos, sólo mostró clemencia una vez. Tras la muerte de Eurídice la música de Orfeo era tan arrebatadoramente triste que la diosa se conmovió y permitió que éste se llevase a su esposa de vuelta al mundo de los vivos con la condición de que ella caminase tras él y él nunca intentase mirarla a la cara hasta que estuviesen en la superficie. Orfeo accedió pero falló, al mirar atrás casi al final para asegurarse de que su esposa le seguía, y perdió a Eurídice para siempre.

    Venus y Adonis, de Ch. J. Natoire 
  • El romance de Adonis y AfroditaCuando Adonis nació, Afrodita lo tomó bajo su protección y fue hechizada por su belleza sobrenatural. Afrodita se lo dio a Perséfone para que lo cuidara, pero ésta también quedó asombrada por su belleza y rehusó devolvérselo. La discusión entre las dos diosas fue resuelta por Zeus (según otras versiones, por Calíope) quien decidió que Adonis pasase cuatro meses con Afrodita, cuatro con Perséfone y los cuatro restantes del año solo.

  • Cuando Hades persiguió a una ninfa llamada Mente, Perséfone la convirtió en una planta de menta.

    Teseo y Piritoo jugándose a Helena
    a los dados, 
    Odorcio POLITI
     
  • El cortejo de Pirítoo. Pirítoo y su amigo Teseo prometieron casarse con sendas hijas de Zeus. Teseo escogió a Helena, la secuestró con la ayuda de Pirítoo y decidió retenerla hasta que tuviese la edad de casarse. Dejaron a Helena con la madre de Teseo, Etra, y viajaron al inframundo, reino de la elegida de Pirítoo, Perséfone, y del marido de ésta, Hades, quien fingió ofrecerles hospitalidad y preparó un banquete. Tan pronto como la pareja se sentó, las serpientes se enroscaron en torno a sus pies, atrapándolos. Teseo fue finalmente rescatado por Heracles pero Pirítoo no tendría esa suerte.




clásicos: Perséfone/Proserpina

DEMÉTER


Δημήτηρ o Δημήτρα, ‘diosa madre’ o quizás ‘madre distribuidora’. En la mitología romana se asociaba a Ceres. Según el retórico ateniense Isócrates, los mayores dones que Deméter daba a los atenienses eran el grano, que hacía al hombre diferente de los animales salvajes, y los misterios eleusinos, que le daban mayores esperanzas en esta vida y en la otra. Su figura viene de tiempos muy antiguos; es una diosa que asegura la fecundidad de la tierra y vela por las cosechas. Se presenta como la nueva madre Tierra, pero mucho más próxima y humana.

GENEALOGÍA.

Hija de Crono y Rea, y por tanto hermana mayor de Zeus, pertenece a la tercera generación divina. Tuvo varias uniones amorosas:
  • Con Zeus: Tras la victoria de Zeus sobre los Gigantes se convirtió en su cuarta esposa y le dio dos hijos: Core, luego llamada Perséfone, y Yaco. Su mito está íntimamente ligado al de su hija y ambas constituyen una pareja denominada “las diosas”.


  • Con Poseidón: Cuando la diosa buscaba a Perséfone por todas partes, Poseidón que la amaba, la seguía sin cesar. Para escapar de él, Deméter se transformó en yegua y se metió entre los caballos del rey Oncos en Telefousa (Arcadia). Pero Poseidón, tomando la forma de un caballo, se apareó con ella a la fuerza. Deméter se puso literalmente furiosa (Deméter Erinia) por este asalto, pero lavó su ira en el río Ladón (Deméter Lusia). De esta unión nacieron una hija, Despoina (Δέσποινη el ama, la dueña, la señora), cuyo nombre real no podía ser pronunciado fuera de los misterios eleusinos y que posteriormente fue confundida con Core, y un corcel de negras crines llamado Arión (Άρείων, el mejor). Este caballo pertenecerá primero a Oncos y luego a Heracles, que se servirá de él en la expedición contra Elis y luego en su lucha contra Cicnos.


  • Con Yasión: Este era hijo de Zeus y de la pléyade Electra, famoso por su belleza, al que se representa como un joven que lleva el cuerno de la abundancia. Ambos yacieron en un campo arado tres veces, lo que tenía un significado simbólico, y de esta relación nacieron Pluto (“la riqueza”) y Filomelo, condenados a no estar nunca de acuerdo. Pero esta relación encolerizó a Zeus por vulnerar la hibris (“desmesura, orgullo”) y castigó a Yasión fulminándolo con su rayo o bien incitando a sus caballos a que lo devorasen. Sin embargo, algunos autores describen los lamentos de la diosa ante el envejecimiento de Yasión, lo que excluiría su temprana muerte. Otras versiones afirman que nunca se casó ni tuvo hijos, o que acabó uniéndose con Cibeles y teniendo de ella un hijo llamado Coribas, del que tomarían su nombre los coribantes, soldados-sacerdotes de la diosa.

EPÍTETOS.

Se invoca Deméter con varios epítetos, entre ellos:
  • Anesidora (Ανησιδωρα, ‘dadora de dones’ de la tierra).
  • Anfictíone (de αμφικτιονία, 'fundación conjunta') en referencia al primer lugar de reunión de la Liga del Peloponeso.
  • Cloe (Χλοη, ‘el brote verde’), por sus poderes de fertilidad y eterna juventud.
  • Ctonia (Χθονια, ‘de la tierra’).
  • Erinia (Ερινυς, ‘implacable’).
  • Lusia (Λουσιη, ‘baño’).
  • Maloforos (Μαλοφορος, ‘portadora de manzanas’ o ‘portadora de ovejas’).
  • Potnia (Πωτνια, ‘señora’) en el Himno homérico a Deméter.
  • Tesmófora (Θεσμοφορος, ‘dadora de hábitos’ o incluso ‘legisladora’, pues también proporcionó leyes a sus seguidores), un papel que la enlaza a la aún más antigua diosa Temis. Este título estaba conectado con las Tesmoforias, una fiesta ateniense de rituales secretos exclusivamente femeninos relacionados con las costumbres nupciales.

A sus sacerdotisas se les daba el título de MelisasJunto con Perséfone, se llamaban “las diosas”.

REINO.

Deméter era la diosa la agricultura y protectora del matrimonio y la ley sagrada. Mientras Rea es considerada la madre universal, Deméter es la madre nutricia, no olvidemos que “meter” significa “madre”. Deméter es diosa, pero ante todo es madre. Al concebir a Core, que simboliza el grano, asume el doble papel de madre que da a luz a una criatura y tierra que alimenta la semilla.

Junto a su hija Perséfone eran los personajes centrales de los misterios eleusinos que precedieron al panteón olímpico. Ambas diosas fueron honradas como las principales divinidades de la abundancia y de la fertilidad, y por los agricultores que celebraban, en la época de la cosecha, fiestas como las Tesmoforias y las Eleusinias.

Como diosa protectora de la agricultura, personifica la fertilidad y riqueza de la tierra, y se la considera inventora de la agricultura cerealista (la palabra “cereal” deriva de Ceres, nombre romano de Deméter). Enseñó a la humanidad los principios de la agricultura para que abandonaran la vida nómada, favoreciendo así la ciencia agrícola y el trabajo y, por tanto, la vida en sociedad, pues, gracias a esto, los hombres tienen la oportunidad de evolucionar de un estado salvaje a la civilización. Por esto ocupa un lugar privilegiado en la religión griega y fue especialmente popular entre las gentes del campo cuya economía se basaba fundamentalmente en el cultivo de cereales, y se le atribuyeron numerosos inventos para trabajar la tierra que transmitió a los hombres. Se la venera también como la «portadora de las estaciones» en un himno homérico, un sutil signo de que era adorada mucho antes de la llegada de los olímpicos.

REPRESENTACIÓN Y ATRIBUTOS.

Se la representa sentada en un trono, severa y majestuosa, vestida con una larga túnica coronada con espigas y portando en una mano los símbolos de la agricultura, principalmente la espiga y la amapola y en la otra una antorcha o una serpiente. Su trono era de malaquita verde brillante decorado con espigas de oro y pequeños cerditos dorados. Suele ir acompañada por Perséfone, Triptólemo e Iaco. Normalmente no se retrata a Deméter con un consorte, a excepción de Yasión.
Sus atributos son el trono, la espiga, la antorcha, la hoz, la diadema y el cetro. Sus animales son el caballo, la serpiente, el cerdo y la grulla. Sus plantas son el trigo, el narciso y la amapola o adormidera, que crecía entre el trigo con su brillante color rojo. Su víctima predilecta es la trucha.
Una representación artística conocida es Deméter, de Watteau. Era y es célebre la estatua en mármol de esta diosa que se hallaba en la ciudad de Cnido y que actualmente se encuentra en el Museo Británico de Londres.

MITOS Y LEYENDAS

También podemos encontrarla interviniendo en otras leyendas.
Grabado de Antonio Tempesta
  • La leyenda de Ascálafo: Cuando Hades secuestró a Perséfone y ya se preparaba la joven para regresar junto a su madre, Ascálafo, que habitaba en el Hades, declaró haberla visto comer un gajo de una granada, por lo que Perséfone tuvo que quedarse junto a su marido. Finalmente, por las protestas y amenazas de Deméter, Zeus sentenció que Perséfone permanecería una parte del año en el Hades y otra con su madre. En castigo por su declaración, Deméter sepultó a Ascálafo bajo una enorme piedra, de la que sólo pudo escapar cuando Heracles le liberó en su visita a los infiernos. Pero entonces Deméter le transformó en un búho de orejas cortas, animal que desde entonces vigila en la oscuridad. Según Ovidio, fue la misma Perséfone la que transformó a Ascálafo en búho, rociándolo con agua del río Flegetonte. Esta leyenda parece una modificación posterior de la historia de Ascálabo, convertido en lagarto por Deméter cuando se mofó de ella. La confusión podría devenir de la similitud de las palabras lagarto (Ἀσκάλαβος) y búho (Ἀσκάλαφος) en griego.


Grabado de Antonio Tempesta
  • La leyenda de Erisictión: Eresictión despreciaba a los dioses y no les hacía sacrificios. Para construir un techo para su sala de banquetes no dudó en talar un árbol sagrado de un santuario ancestral de la diosa Deméter. Las dríades que habitaban estos árboles corrieron a solicitar auxilio de la diosa. Deméter tomó la forma de su sacerdotisa Nicipe e intentó hacer desistir a Eresictón. Pero este amenazó a la diosa con matarla con el mismo hacha que estaba utilizando. Entonces Deméter, airada, ordenó a Némesis (la venganza) y a Limos (el hambre) que vengaran este ultraje. El terrible monstruo penetró en las entrañas de Eresictión de tal forma que desde entonces nada saciaría sus ganas de comer, y cuanto más engullera más crecería su hambre. Cuando Erisictión vendió todas sus posesiones para comprar comida, su padre se encargó de alimentarle, pero en poco tiempo acabó también con sus riquezas y Erisictión acabó convirtiéndose en un mendigo que comía inmundicias. Ni siquiera vendiendo a su hija Metra pudo conseguir alimentos suficientes para calmar su desazón. Metra obtuvo de su amante Poseidón el don de poder cambiar de forma, con lo que pudo huir del hombre al que había sido vendida. Cuando Erisictón descubrió esta facultad, la vendió repetidas veces a hombres distintos, pero los alimentos que obtenía a cambio no fueron suficientes para saciar su apetito. Erisictón terminó comiéndose a sí mismo, poniendo fin así a su tormento.

  • La leyenda de Fítalo, Fítalo era un héroe ateniense que vivía en las márgenes del Iliso. Cuando Deméter llegó a orillas del Cefiso, en el Ática, en busca de su hija, Fítalo le ofreció su hospitalidad. En agradecimiento, la diosa le regaló la primera planta de higuera. Sus descendientes, los fitalitas, conservaron durante largo tiempo el privilegio de este cultivo y acogieron a Teseo cuando regresaba de Corinto y le purificaron en su altar doméstico de los asesinatos que había cometido en su viaje hasta Atenas. Por este hecho los fitálidas gozaban de ciertos privilegios en las fiestas de Eleusis.


Nicolas Poussin
  • La leyenda de Melisa. Melisa fue la primera sacerdotisa de Rea  y el apodo las sacerdotisas de Rea Deméter y Perséfone. Despedazada por sus vecinas que intentaron hacerla desvelar los misterios en los que había sido iniciada por la diosa. Como castigo, Deméter mandó una peste que asoló el lugar y, en reconocimiento a la finada, del cuerpo de Melisa salieron abejas. Desde entonces Melisas es el sobrenombre genérico aplicado a las sacerdotisas de la antigua Grecia, quizá porque se las comparaba a las abejas por el murmullo semejante al zumbido de estos insectos cuando se juntaban grandes multitudes en el templo, que era comparado a una colmena.





clásicos: Deméter/Ceres

viernes, 11 de febrero de 2011

HADES

El nombre de Hades (ᾍδης Hadēs), aunque de origen incierto, suele asociarse con ἀ (privativa) + ἰδεῖν (‘ver’), es decir, ‘el que no ve’ o ‘el invisible’ y alude tanto al antiguo inframundo griego como al dios de los muertos. Para no excitar su cólera, se buscó eufemismos para nombrarlo. Así el dios también era conocido como Plutón (Πλούτων Ploutōn, del verbo πλουτέω, ‘enriquecerse’), dado que los minerales preciosos venían de las profundidades de la tierra, y así fue conocido en la mitología romana. Además, se le llamaba Clímeno (Κλυμενος, ‘célebre’), Eubuleo (Ευβουλεος, ‘buen consejero’) y Polidegmon (Ρολυδεγμων, ‘que recibe a muchos’).

Hades, señor del inframundo


Hades y el can Cerbero
Hades era un hijo de los Titanes Crono y Rea y hermano de Zeus, Poseidón, Hestia, Deméter y Hera.
Zeus, Poseidón y Hades recibieron armas de los Cíclopes como ayuda para la Titanomaquia: Zeus una lanza de truenos, Poseidón un tridente y Hades un casco que lo volvía invisible. Con este casco Hades se infiltró entre los Titanes y destruyó sus armas, lo que facilitó la victoria de los hermanos. Entonces Hades, Poseidón y Zeus, echaron a suerte los reinos a gobernar: Zeus se quedó con el cielo, Poseidón con los mares y Hades con el inframundo, (también llamado los Infiernos o Tártaro) el reino invisible al que los muertos van tras dejar el mundo de los vivos al que el dios impedía regresar. Entre los héroes que se aventuraron a descender al Inframundo destacan Heracles, Odiseo, Eneas (acompañado por la Sibila), Orfeo, Teseo y Psique y ninguno de ellos estuvo satisfecho con lo que allí vieron.
Aunque era un dios olímpico, pasaba la mayor parte del tiempo en su oscuro reino. Era temido y odiado, pues personificaba la inexorable finalidad de la muerte, sin embargo no era un dios malvado, pues, aunque severo, cruel y despiadado, era un dios justo.

Atributos

http://de.wikipedia.org/wiki/Bild:Hades.png
Hades a menudo es representado sosteniendo un cuerno de abundancia o cornucopia, símbolo de la riqueza, y normalmente al lado de su mujer y con el cetro de dos puntas, que usaba para destrozar todo lo que se cruzase por su camino o no fuera de su agrado, igual que Poseidón hacía con su tridente, y con el que conducía las almas de los muertos hasta el mundo inferior. Se le representa con barba y cabellos aspros, igual que Posidón y Zeus. También es habitual que en sus representaciones aparezca un gallo, animal que se sacrificaba para las divinidades ctónicas. Sin embargo raramente es representado en el arte clásico, salvo en las representaciones del Rapto de Perséfone.
Otro de sus atributos era el casco, regalo de los Cíclopes, que hacía invisible a quien lo llevase y que a veces prestaba su casco tanto a dioses como a hombres (Cf. el mito de Perseo). Su carro oscuro, tirado por cuatro caballos negros, resultaba siempre impresionante y pavoroso. Sus otros atributos ordinarios eran el narciso y el ciprés, la Llave del Hades y Cerbero, el perro de múltiples cabezas, y su trono de ébano.

Hades, la morada de los muertos

http://www.maicar.com/GML/Underworldmap.html
Las almas de los muertos entraban al reino de Hades a través del río Aqueronte, conducidos por el barquero Caronte, quien cobraba por el pasaje un óbolo, una moneda que ponían bajo la lengua del difunto sus familiares en el ritual de la sepultura. Los indigentes y los que no tenían amigos ni familia se reunían para siempre en la orilla cercana. Al otro lado del río estaba Cerbero, el vigilante perro de tres cabezas derrotado por Heracles.
Los cinco ríos que rodeaban el Hades eran: Lete (río del olvido, donde bebían las almas para olvidar su vida terrenal); el Flegetonte o Piriflegonte (río de fuego); el Aqueronte (el río de la pena, de aguas pantanosas); el Estigia (río del odio, formaba la frontera entre los mundos superior e inferior, en el que la diosa Tetis sumergió a su hijo Aquiles para hacerlo inmortal) y el Cocito (río de los lamentos, a veces considerado afluente del Aqueronte o del Estigia, en cuyas orillas vagaban los que no podían pagar a Caronte).
La primera región del Hades eran los Campos de Asfódelos, donde las almas de los héroes vagaban entre espíritus menores a la espera de libaciones de sangre en el mundo de los vivos que pudieran despertarlos durante un tiempo a las sensaciones de humanidad.
Más allá quedaba el Erebo con sus dos lagos: el de Lete, a donde las almas comunes acudían para borrar todos sus recuerdos, y el de Mnemósine (‘memoria’), donde preferían beber los iniciados en los Misterios. Allí se sentaban los tres jueces del Inframundo, Minos, Radamantis y Éaco, para juzgar  a las almas, que volvían a los Campos de Asfódelos si no eran virtuosas ni malvadas, o eran enviadas al tenebroso Tártaro, si eran impías o malas, o a los Campos Elíseos con los heroicos o los benditos.

Hades en la mitología griega

Perséfone / Proserpina

Hades abducting Persephone0126: Der Raub der Proserpina.
Relief by C. F. Holbeck, 1811-1880. Neue Pinakotek, München.
La esposa de Hades y reina del Inframundo era Perséfone, hija de Zeus y Deméter. Pero Perséfone no se sometió a Hades voluntariamente, sino que fue raptada mientras recolectaba flores con sus amigas. Hades la amaba tan profundamente que no le permitió salir del inframundo, sin embargo su madre la echaba tanto de menos que lanzó una maldición a la tierra y dejó de producir su fruto. Más tarde, Zeus ordenó a Hades que devolviese la muchacha a su madre, pero Hades engañó a Perséfone para que comiese unas semillas de granada, por lo que ya no pudo abandonar el inframundo. Cuando Perséfone conoció el digusto de su madre y pidió a Hades que le dejase volver a la tierra de los vivos, con la condición de que pasaría con él un mes por cada semilla que había comido. Así cada año, en los meses en los que Perséfone estaba con Hades en el inframundo (el invierno) se producía una  hambruna al retirar Deméter sus dones del mundo, mientras que, en la primavera, cuando Perséfone se volvía a reunir con ella, Deméter hacía que las cosechas crecieran de nuevo. Esta historia conectaba los antiguos misterios eleusinos con el panteón olímpico.
En muchos tratados de mitología griega no consta que Hades y Perséfone tuvieran descendencia. Sin embargo, pero en otros se dice que son los padres de las Erinias: Tisífone, Megera y Alecto.

Orfeo y Eurídice
Orfeo rescatando a Eurídice, por Rubens

Hades sólo mostró compasión una vez. Debido a que la música de Orfeo era tan hermosa, permitió que éste se llevase a su esposa, Eurídice, de vuelta al mundo de los vivos con la condición de que ella caminase tras él y él no se girase a mirarla hasta que estuviesen en la superficie. Orfeo accedió pero, a punto de llegar a su destino, cedió a la tentación de mirar atrás y  así volvió a perder a su amada, con quien sólo se reuniría tras su muerte.

Heracles

Heracles atacando a Cerbero
El último de los doce trabajos de Heracles fue capturar al can Cerbero. Para ello, primero viajó a Eleusis, donde fue iniciado en los misterios eleusinos para absolverse de la culpa por haber matado a sus propios hijos y para aprender cómo entrar y salir vivo del inframundo. Encontró la entrada al inframundo en Tanaerum. Atenea y Hemes le ayudaron en su viaje de ida y vuelta del Hades. Heracles pidió permiso a Hades para llevarse a Cerbero. Hades accedió siempre que Heracles no le hiciese daño, aunque en algunas versiones, Heracles disparó una flecha a Hades en el hombro y el dios tuvo que ser conducido rápidamente al Olimpo, donde Peán, el "dios que cura", le aplicó un bálsamo milagroso, que le cicatrizó rápidamente la herida. Cuando Heracles arrastró al perro fuera del Hades, pasaron por la cueva Aquerusia.


sábado, 22 de enero de 2011

POSEIDÓN

Poseidón, hijo de Crono y Rea, tenía el dominio sobre los mares y, como tal, era el protector de los navegantes y quien decidía, en un combate naval, qué grupo debía ganar. Era venerado y temido a la vez, puesto que era él, cuando se enfadaba, quien provocaba las tempestades y los terremotos. Homero en la Ilíada se refiere a él como el "Sacudidor de la tierra".
El arma preferida de Poseidón era el tridente, regalo de los Cíclopes para luchar contra Cronos. Con este tridente provocaba las tempestades, moviendo las aguas a su antojo en mitad de las tormentas, ayudado por Eolo, el dios que hacía soplar a los vientos según las indicaciones de Poseidón o los encerraba en un odre para mantener el mar en calma. También usaba el tridente para hacer nacer fuentes: daba un golpe con él en la tierra y en el acto brotaban manantiales de agua fresca.
Poseidón vivía en el fondo de las aguas con su esposa Anfítrite, una ninfa de las aguas que tenía medio cuerpo en forma de pez a la que fue infiel en numerosas ocasiones, con indiferencia de las características físicas de sus amantes, lo que dio lugar a que parte de su descendencia estuviera constituidas por criaturas terroríficas y viles.
La vida de los esposos era tranquila y feliz. A menudo recorrían los mares en un vistoso cortejo formado por Poseidón sobre su carro de oro tirado por hermosos caballos y Anfítrite con un precioso carro de conchas y coral tirado por caballitos de mar, acompañada de las nereidas, ninfas de las aguas hermanas de Anfítrite, montadas sobre delfines y caballitos de mar. A la cabeza de la comitiva se situaba el hijo de ambos, Tritón, que también tenía medio cuerpo en forma de pez, para anunciar la llegada de sus padres haciendo sonar una caracola marina. Con esta caracola se encargaba de hacer volver las aguas a su cauce cada vez que su padre, en un arrebato de ira, las hacía crecer e inundar cuanto encontraban a su paso. Acompañaban a este séquito peces, delfines, animales marinos de todas clases y genios diversos.
Fuente del Tritón, de Gianlorenzo Bernini.
Roma, Piazza Navona, Fontana del Moro (Roma) by Lalupa
De sus numerosas aventuras nacieron en general seres monstruosos e irascibles como el cíclope Polifemo, al que se enfrentó y cegó Odiseo cuando volvía a su hogar después de haber participado en la Guerra de Troya, o el gigante Crisaor y el caballo alado Pegaso, engendrados con la gorgona Medusa, la de cabellera de serpiente y que convertía con su mirada a los hombres en piedra. Otros dos de sus hijos Oto y Efialtes, los Alóadas, encerraron durante trece meses a Ares, dios de la guerra, en un tonel de bronce y persiguieron a Artemisa y Hera para raptarlas, hasta que Artemisa se metamorfoseó en ciervo y, al intentar cazarlo, ambos hermanos se dieron muerte mutuamente. Fue también el padre del héroe Teseo, que mató al Minotauro. Como los hijos que tuvo de Halia cometieron toda clase de excesos y provocaron la ira de los dioses y de los hombres, Poseidón los encerró bajo tierra, vigilándolos para mantenerlos alejados de los problemas que generalmente provocaban y para sustraerlos al castigo.
Al comenzar el reinado de los Olímpicos, cada dios seleccionó una región terrestre que se le asignaría específicamente. Surgieron así disputas entre Zeus y Poseidón por el reinado del Olimpo, llegando incluso éste a rebelarse contra aquel, por lo que tuvo que sufrir un castigo de destierro en Troya durante el cual construyó junto con Apolo y el mortal Éaco las murallas de la ciudad. Así empezó el rencor del dios hacia Troya que se reforzó cuando Laomedonte se negó a pagarles el salario convenido, por lo que Poseidón envió un monstruo que asoló la ciudad. Poseidón terminó por obtener la mítica isla de “La Atlántida” pero en algún momento acabó perdiendo gracia ante sus ojos, motivo por el cual le provocó un terremoto de tal magnitud que la Atlántida se destruyó y desapareció para siempre en las profundidades del Océano.
Peleó con otros dioses y diosas por ser reconocido patrono de distintas ciudades y en general perdió siempre: contra Apolo perdió Corinto, contra Hera Argos, contra Zeus Egina y, la que más le dolió, Atenas contra Atenea: Poseidón había puesto su mirada en Atenas y quiso tomar posesión de la ciudad haciendo brotar, con un golpe de su tridente, un "mar" en la cima de la Acrópolis -se trataba de un pozo de agua salada, según Pausanias-. Pronto se presentó Atenea, quien plantó un olivo y luego reivindicó la soberanía del país. Ante la disputa, el tribunal falló a favor de Atenea porque había plantado la primera el olivo en la roca de la Acrópolis. Poseidón  montó en cólera e inundó la llanura de Eleusis. En lo que concierne a la ciudad de Argos, se decidió a favor de la diosa Hera, y Poseidón, preso de cólera, descargó su maldición sobre Argólide y secó todas sus fuentes. Gracias a Amimone, una de las Danaides, de quien se enamoró Poseidón, la maldición quedó sin efecto, y la Argólida recuperó sus manantiales.
Son frecuentes sus intervenciones en los asuntos humanos entre las que cabe destacar su participación en la guerra de Troya; la odisea de diez años de Ulises, como castigo por haberse enfrentado a él y haber cegado a su hijo Polifemo; exigió el sacrificio de Andrómeda por haber ofendido a las Nereidas; hizo concebir, como venganza por la ofensa del rey Minos, en Pasífae, su esposa, un amor monstruoso hacia el toro de Poseidón que dio lugar al nacimiento del Minotauro...
Los romanos, que al igual que los griegos, adoraron a este dios marino, pero lo llamaron Neptuno.