Cita del día

viernes, 11 de febrero de 2011

HADES

El nombre de Hades (ᾍδης Hadēs), aunque de origen incierto, suele asociarse con ἀ (privativa) + ἰδεῖν (‘ver’), es decir, ‘el que no ve’ o ‘el invisible’ y alude tanto al antiguo inframundo griego como al dios de los muertos. Para no excitar su cólera, se buscó eufemismos para nombrarlo. Así el dios también era conocido como Plutón (Πλούτων Ploutōn, del verbo πλουτέω, ‘enriquecerse’), dado que los minerales preciosos venían de las profundidades de la tierra, y así fue conocido en la mitología romana. Además, se le llamaba Clímeno (Κλυμενος, ‘célebre’), Eubuleo (Ευβουλεος, ‘buen consejero’) y Polidegmon (Ρολυδεγμων, ‘que recibe a muchos’).

Hades, señor del inframundo


Hades y el can Cerbero
Hades era un hijo de los Titanes Crono y Rea y hermano de Zeus, Poseidón, Hestia, Deméter y Hera.
Zeus, Poseidón y Hades recibieron armas de los Cíclopes como ayuda para la Titanomaquia: Zeus una lanza de truenos, Poseidón un tridente y Hades un casco que lo volvía invisible. Con este casco Hades se infiltró entre los Titanes y destruyó sus armas, lo que facilitó la victoria de los hermanos. Entonces Hades, Poseidón y Zeus, echaron a suerte los reinos a gobernar: Zeus se quedó con el cielo, Poseidón con los mares y Hades con el inframundo, (también llamado los Infiernos o Tártaro) el reino invisible al que los muertos van tras dejar el mundo de los vivos al que el dios impedía regresar. Entre los héroes que se aventuraron a descender al Inframundo destacan Heracles, Odiseo, Eneas (acompañado por la Sibila), Orfeo, Teseo y Psique y ninguno de ellos estuvo satisfecho con lo que allí vieron.
Aunque era un dios olímpico, pasaba la mayor parte del tiempo en su oscuro reino. Era temido y odiado, pues personificaba la inexorable finalidad de la muerte, sin embargo no era un dios malvado, pues, aunque severo, cruel y despiadado, era un dios justo.

Atributos

http://de.wikipedia.org/wiki/Bild:Hades.png
Hades a menudo es representado sosteniendo un cuerno de abundancia o cornucopia, símbolo de la riqueza, y normalmente al lado de su mujer y con el cetro de dos puntas, que usaba para destrozar todo lo que se cruzase por su camino o no fuera de su agrado, igual que Poseidón hacía con su tridente, y con el que conducía las almas de los muertos hasta el mundo inferior. Se le representa con barba y cabellos aspros, igual que Posidón y Zeus. También es habitual que en sus representaciones aparezca un gallo, animal que se sacrificaba para las divinidades ctónicas. Sin embargo raramente es representado en el arte clásico, salvo en las representaciones del Rapto de Perséfone.
Otro de sus atributos era el casco, regalo de los Cíclopes, que hacía invisible a quien lo llevase y que a veces prestaba su casco tanto a dioses como a hombres (Cf. el mito de Perseo). Su carro oscuro, tirado por cuatro caballos negros, resultaba siempre impresionante y pavoroso. Sus otros atributos ordinarios eran el narciso y el ciprés, la Llave del Hades y Cerbero, el perro de múltiples cabezas, y su trono de ébano.

Hades, la morada de los muertos

http://www.maicar.com/GML/Underworldmap.html
Las almas de los muertos entraban al reino de Hades a través del río Aqueronte, conducidos por el barquero Caronte, quien cobraba por el pasaje un óbolo, una moneda que ponían bajo la lengua del difunto sus familiares en el ritual de la sepultura. Los indigentes y los que no tenían amigos ni familia se reunían para siempre en la orilla cercana. Al otro lado del río estaba Cerbero, el vigilante perro de tres cabezas derrotado por Heracles.
Los cinco ríos que rodeaban el Hades eran: Lete (río del olvido, donde bebían las almas para olvidar su vida terrenal); el Flegetonte o Piriflegonte (río de fuego); el Aqueronte (el río de la pena, de aguas pantanosas); el Estigia (río del odio, formaba la frontera entre los mundos superior e inferior, en el que la diosa Tetis sumergió a su hijo Aquiles para hacerlo inmortal) y el Cocito (río de los lamentos, a veces considerado afluente del Aqueronte o del Estigia, en cuyas orillas vagaban los que no podían pagar a Caronte).
La primera región del Hades eran los Campos de Asfódelos, donde las almas de los héroes vagaban entre espíritus menores a la espera de libaciones de sangre en el mundo de los vivos que pudieran despertarlos durante un tiempo a las sensaciones de humanidad.
Más allá quedaba el Erebo con sus dos lagos: el de Lete, a donde las almas comunes acudían para borrar todos sus recuerdos, y el de Mnemósine (‘memoria’), donde preferían beber los iniciados en los Misterios. Allí se sentaban los tres jueces del Inframundo, Minos, Radamantis y Éaco, para juzgar  a las almas, que volvían a los Campos de Asfódelos si no eran virtuosas ni malvadas, o eran enviadas al tenebroso Tártaro, si eran impías o malas, o a los Campos Elíseos con los heroicos o los benditos.

Hades en la mitología griega

Perséfone / Proserpina

Hades abducting Persephone0126: Der Raub der Proserpina.
Relief by C. F. Holbeck, 1811-1880. Neue Pinakotek, München.
La esposa de Hades y reina del Inframundo era Perséfone, hija de Zeus y Deméter. Pero Perséfone no se sometió a Hades voluntariamente, sino que fue raptada mientras recolectaba flores con sus amigas. Hades la amaba tan profundamente que no le permitió salir del inframundo, sin embargo su madre la echaba tanto de menos que lanzó una maldición a la tierra y dejó de producir su fruto. Más tarde, Zeus ordenó a Hades que devolviese la muchacha a su madre, pero Hades engañó a Perséfone para que comiese unas semillas de granada, por lo que ya no pudo abandonar el inframundo. Cuando Perséfone conoció el digusto de su madre y pidió a Hades que le dejase volver a la tierra de los vivos, con la condición de que pasaría con él un mes por cada semilla que había comido. Así cada año, en los meses en los que Perséfone estaba con Hades en el inframundo (el invierno) se producía una  hambruna al retirar Deméter sus dones del mundo, mientras que, en la primavera, cuando Perséfone se volvía a reunir con ella, Deméter hacía que las cosechas crecieran de nuevo. Esta historia conectaba los antiguos misterios eleusinos con el panteón olímpico.
En muchos tratados de mitología griega no consta que Hades y Perséfone tuvieran descendencia. Sin embargo, pero en otros se dice que son los padres de las Erinias: Tisífone, Megera y Alecto.

Orfeo y Eurídice
Orfeo rescatando a Eurídice, por Rubens

Hades sólo mostró compasión una vez. Debido a que la música de Orfeo era tan hermosa, permitió que éste se llevase a su esposa, Eurídice, de vuelta al mundo de los vivos con la condición de que ella caminase tras él y él no se girase a mirarla hasta que estuviesen en la superficie. Orfeo accedió pero, a punto de llegar a su destino, cedió a la tentación de mirar atrás y  así volvió a perder a su amada, con quien sólo se reuniría tras su muerte.

Heracles

Heracles atacando a Cerbero
El último de los doce trabajos de Heracles fue capturar al can Cerbero. Para ello, primero viajó a Eleusis, donde fue iniciado en los misterios eleusinos para absolverse de la culpa por haber matado a sus propios hijos y para aprender cómo entrar y salir vivo del inframundo. Encontró la entrada al inframundo en Tanaerum. Atenea y Hemes le ayudaron en su viaje de ida y vuelta del Hades. Heracles pidió permiso a Hades para llevarse a Cerbero. Hades accedió siempre que Heracles no le hiciese daño, aunque en algunas versiones, Heracles disparó una flecha a Hades en el hombro y el dios tuvo que ser conducido rápidamente al Olimpo, donde Peán, el "dios que cura", le aplicó un bálsamo milagroso, que le cicatrizó rápidamente la herida. Cuando Heracles arrastró al perro fuera del Hades, pasaron por la cueva Aquerusia.


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