Cita del día

domingo, 30 de septiembre de 2012

EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA EN GRECIA


Grecia desarrolló diversos tipos de escritura antes de desarrollar el alfabeto (para ampliar conocimientos se pueden consultar los artículos sobre la civilización del Egeo y los sistemas de escritura de Grecia y Roma

1.º - Escrituras prealfabéticas

En Grecia, durante la Edad de Bronce, existieron tres tipos de escritura, llamados pictográfica cretense, Lineal A y Lineal B (las dos últimas silabarios: a cada signo gráfico corresponde una sílaba), además de los silabarios chipriotas (VIII a.C.). Las escrituras silábicas Lineal A y Lineal B fueron descubiertas en 1900 por Sir Arthur Evans en el palacio de Cnossos (Creta).

-  Lineal A (XVIII-XV a.C): escritura minoica de la que sólo se han encontrado restos en Creta y parece ser que anota una lengua no griega.
- Lineal B (XVI-XII a.C.): escritura micénica procedente del Lineal A, cuyas modificaciones parecen fruto de su adaptación de tal escritura. Su desciframiento como lengua griega fue obra de los británicos Michael Ventris y John Chadwick, en 1953.

Mención aparte merece El disco de Festos, un disco plano de arcilla cocida con texto en espiral en ambas caras desde el borde exterior hacia el centro, encontrado en Festos, Creta. Su exclusividad ha hecho baldío todo intento de descifrarlo, así como el de su datación.

2.º -Escritura alfabética

Tras la caída de la cultura micénica, la escritura desaparece de Grecia. Una vez superada la Época Oscura, resurge pero en una fase más avanzada: el alfabeto, adaptado y adoptado del alfabeto fenicio en torno al siglo IX a.C. Veamos cómo:

Origen del alfabeto griego: el alefato fenicio: La tradición dice que Cadmo, gracias a sus conexiones con los fenicios, importó tal sistema de escritura al mundo griego. Parece más verosímil, debido a que desde el inicio se dan variantes territoriales, que la introducción del alfabeto en Grecia fue un fenómeno paulatino y progresivo en el que cada territorio hizo la adopción y adaptación como pudo. Indudablemente fue gracias al comercio, especialmente en torno a Chipre y Rodas, como los griegos se dieron cuenta de la utilidad del sistema de escritura fenicio y emprendieron su adopción. Hasta tal punto los griegos eran conscientes del origen de su alfabeto que a sus signos los llamaron τὰ φοινικήια γράμματα, como leemos en Heródoto.

Pero este alefato fenicio tenía la desventaja de que no representaba ninguna vocal, así que debió sufrir transformaciones importantes, además de la adaptación de los nombres de las letras a la fonética griega:
  • las vocales: el fenicio poseía cinco grafías para sonidos semivocálicos que los griegos utilizaron para anotar las vocales.


  • las silbantes: el fenicio presenta cuatro grafías de silbantes distintas: pero el griego poseía sólo dos: /s/ sorda y /z/ sonora.


  • las aspiradas: el fenicio carecía de oclusivas aspiradas; para resolver tal anomalía el griego recurrió a diversas maneras de anotación para los sonidos /ph/ y /kh/, mientras que para /th/ se utilizó la grafía de tet, correspondiente a una /t/ enfática.


Los alfabetos epicóricos: Desde la aparición de la escritura alfabética Grecia no posee un único alfabeto común hasta los siglos IV-III a.C. con la implantación, por parte de la administración, del alfabeto milesio o jónico en todo el territorio griego. Hasta entonces cada territorio poseía un alfabeto local propio, un alfabeto epichorikós, clasificados y sistematizados por Kirchoff en el siglo XIX, cuyas diferencias radicaban en la solución dada a la grafía de las aspiradas y de los grupos /ps/ y /ks/:

a) alfabetos verdes o del sur: en Creta, Tera y Melos, los más arcaicos;
b) alfabetos rojos u occidentales: más evolucionados
c)  alfabetos azules u orientales: los más evolucionados:
- alfabetos azules claros: llamados también áticos,
- alfabetos azules oscuros: llamados también jónicos, entre los cuales se encuentra el milesio, el alfabeto clásico.


El alfabeto griego clásico: El alfabeto griego clásico es un alfabeto del Asia Menor, de una zona de habla jonia: Mileto.

El griego modificó el nombre de las letras respecto a las fenicias, de modo que cada grafía es un acróstico, es decir, cada nombre de letra comienza con el sonido de la letra a la que nombra.

Algunas grafías fenicias dejaron de usarse o se usaron para numerales: así la kof = 90; la waw = 6; el sampi = 900.

Todos los alfabetos se escriben con caracteres mayúsculos, pues las minúsculas y los signos de puntuación y ortográficos se originaron en época alejandrina y se consolidaron en época bizantina medieval, siglo IX. Por otro lado, lo normal era la scriptio continua, es decir, que no haya separación entre palabras. En cuanto a la dirección de la escritura, en prinicpio se escribía de derecha a izquierda (escritura sinistrorsum), como herencia del alfabeto semítico. Después, en época incipiente, se introdujo la escritura denominada en boustrofedon, es decir, en el sentido en que ara un arado tirado por bueyes, Por último, el alfabeto cambió la orientación de la escritura y acabó escribiéndose de izquierda a derecha (escritura dextrorsum). El cambio de orientación en el sentido de la escritura dio lugar a que las letras pudieran sufrir modificaciones: letras como tau, ómicron, omega, ceta y eta por ejemplo, al ser simétricas, no variaban su forma, pero otras como beta, épsilon, gamma, kappa y ro se escribían originariamente con las panzas y trazos cortos en sentido contrario al que ahora conocemos.

3.º La adopción del alfabeto griego por otros pueblos

- Los alfabetos itálicos: Los alfabetos escritos en península Itálica y Sicilia provenían de alfabetos griego-occidentales, si bien con variedades.
  1. El alfabeto etrusco: lo adoptaron en el transcurso del siglo VII a. C., debido a los contactos comerciales y la necesidad de llevar cuentas y transacciones. Si bien el etrusco no está descifrado, sí sabemos leerlo por su similitud con los alfabetos griegos y latino. En la adopción aparecen problemas similares a los acaecidos en Grecia: grafías innecesarias e invención de otras.
  2. El alfabeto latino: adoptado en el siglo VI a.C. a través del etrusco, pues los parecidos son llamativos. No obstante, hay quienes creen que los romanos también pudieron adoptarlo directamente del griego, más precisamente del alfabeto occidental de Cumas, y fueron incorporando algunas novedades como la creación de la G, la adición de un trazo a la R para distinguirla de P o el mantenimiento de la digamma (F). Este alfabeto alcanzó luego una enorme difusión.


- El alfabeto cirílico o eslavo: creado a partir del alfabeto griego en las proximidades de Salónica, en el siglo IX, por los monjes Cirilo y Metodio, evangelizadores de los eslavos, para poder traducir la Biblia al antiguo búlgaro. Su uso, con ligeras modificaciones, aún se mantiene en los pueblos eslavos, excepto en Polonia y Checoslovaquia que han adoptado el latino.

viernes, 23 de marzo de 2012

EL RAPTO DE PERSÉFONE

El mito fundamental de Deméter, que constituye el corazón de los misterios eleusinos, es su relación con su hija Perséfone.

El rapto de Perséfone. Nicolo dell´Abbate
El lugar exacto en el que se hallaba Perséfone resulta difícil de situar, puesto que se han señalado varios. Entre ellos, el más comúnmente admitido corresponde al llano de Enna, en la región de Sicilia; también se enuncian sitios como una pradera de Eleusis o la llanura de Misa, e incluso en Arcadia, Samotracia y el monte Cilene. En lo que todas las versiones del relato coinciden es en situar a Perséfone en un lugar paradisiaco y bucólico, acompañada por algunas hermosas ninfas (o Leucipe, o Atenea y Artemisa según el himno homérico, o algunas Oceánides) y entretenida en recoger flores silvestres. En esto, descubrió un narciso, que Gea instigada por Zeus había hecho brotar y cuyo olor y colorido le atrajo de inmediato; en cuanto se agachó para acariciarlo, la tierra cedió bajo sus pies y se formó un enorme agujero del que emergió la figura de Hades, el dios del inframundo, montado en un carro guiado por cuatro corceles negros. Enseguida sujetó a Perséfone y la introdujo en sus dominios subterráneos; la infeliz muchacha sólo tuvo tiempo de gritar y llamar a su madre. Sólo los bosques y prados de Sicilia habían sido testigos directos de la desaparición de la querida hija de Deméter, la diosa que oyó un grito desgarrador y supo que Perséfone había traspasado la frontera del abismo. Lo que nunca sospechó fue que el propio Zeus había tomado parte en tan vergonzosa acción.

El rapto de Proserpina. Bernini
Cuando Hades pidió su anuencia a Zeus para llevarse consigo a Core, el padre de los dioses se muestra cobardemente ambiguo, teme enfrentarse a la madre de la joven, Deméter, pero tampoco quiere disgustar al dios del abismo. De modo que Hades decidió por sí mismo y raptó a la muchacha.

Después de haber oído el desgarrador grito de su hija, la diosa Deméter corrió en su ayuda, pero, al no encontrarla, perdió la razón y una terrible angustia se apoderó de ella. Para calmarse, inició un largo peregrinaje de búsqueda infructuosa y llena de incertidumbre. Se vistió de luto y, con dos antorchas encendidas en sus manos para alumbrarse durante la noche, estuvo vagando por la tierra durante de nueve días y nueve noches. Durante la búsqueda, Deméter se sintió sedienta y a lo largo del camino encontró a una mujer de nombre Mime quien le proporcionó agua. La diosa bebió de una forma tan rápida y desesperada que el hijo de Mime, Ascalabo, se burló de ella. Al darse cuenta, Deméter, quien no estaba de humor para bromas, lanzó el resto del agua al niño, convirtiéndolo en una lagartija. Por esto se dice que quien mata a este animal es amado por los dioses. Al décimo día, a punto ya de desfallecer y mientras estaba descansando en la piedra Agelasta (γέλαστος "el que no ríe, triste"), la diosa se encontró con la titánide Hécate, quien también había oído el desgarrador grito de Perséfone y, aunque no pudo identificar a su raptor, sin embargo, le manifestó a Deméter que la cabeza de éste se hallaba cubierta por oscuras sombras. Este dato fue suficiente para alertar a la diosa. No obstante, decidió consultar a Helio, el dios que todo lo ve, y este le confiesa la confabulación formada para raptar a Perséfone y que el fatídico narciso lo había puesto allí Gea, porque así lo había ordenado Zeus. Hay varias versiones de cómo Deméter supo qué había pasado con su hija. Sea como sea, irritada por la ofensa, la cólera de Deméter era tal que decidió, disfrazada de vieja, abandonar el Olimpo y sus funciones, que eran hacer crecer el trigo y llenar el mundo de vida, mientras su hija no le sea devuelta. Como consecuencia, la tierra dejó de dar frutos y el hambre y la muerte asoló la tierra. En algunas versiones Deméter prohíbe a la tierra dar frutos, en otras está tan ocupada buscando a Perséfone que no se ocupa de ella, y en algunas la profundidad de su desesperación hace que nada crezca. Además, como castigo por no haber intervenido, convirtió en sirenas a las ninfas que acompañaban a su hija en aquel aciago momento.

El rapto de Perséfone. Frederic Leighton (1891)
El desconsuelo de la diosa era tal que el propio Zeus no pudo aguantar más la agonía de la tierra, pues temía que la raza humana sucumbiera y se extinguiera, y  mandó emisarios para que regresara con los demás dioses. Primero fue Iris, la más veloz de entre los mensajeros de Zeus y, a continuación, fueron en busca de Deméter todos los demás dioses. Pero ella, mientras no esté a su lado Perséfone, se niega a hacer fructificar los campos. Entonces Zeus, ante el nulo resultado de sus embajadas, cedió y envió a Hermes al Hades para exigir a Hades la liberación de Perséfone.

Hades aparentemente accede pero puso como condición que Perséfone no probase bocado en todo el trayecto. Sin embargo, engañosamente hace probar a la muchacha la comida de los muertos, la granada, lo cual bastaba para encadenarla para siempre al Infierno y a Hades. En otras versiones Perséfone no era engañada sino que decidía comerlas por sí mismas. Según las fuentes Perséfone comió seis o cuatro semillas de granada, incluso según algunas versiones, Ascálafo, el jardinero del Hades, descubrió a Perséfone comiendo voluntariamente las semillas de granada y la delató, por lo que Deméter, para vengarse de él, lo sepultó bajo una roca de la que le sacó Heracles, entonces la diosa lo transformó en lechuza. En una versión alternativa, Hécate rescató a Perséfone. Zeus decretó entonces una fórmula de compromiso: Perséfone distribuiría el tiempo entre el mundo subterráneo con Hades y el terrestre con su madre. Deméter acepta y, por fin, queda resuelto tan subrepticio asunto. La proporción varía según los autores: según unos, permanecería la mitad del año con cada uno; según otros pasaría dos tercios del año con su madre y un tercio con el dios. Cuando Deméter y su hija estaban juntas en el Olimpo, en primavera y verano, todos los vegetales crecían y fructificaban, pero, cuando Perséfone volvía a la morada subterránea de Hades, en otoño e invierno, Deméter estaba demasiado triste para realizar sus obligaciones y la tierra se convertía de nuevo en un erial estéril. De allí surgen las estaciones del año. La diferencia de tiempos a menudo está en relación con la duración del invierno en la zona de procedencia de la historia.

Ya antes, Hades se había encargado de poner a disposición de Perséfone todos los bienes del Tártaro: "Aquí tú serás la dueña de todo cuanto vive, de todo cuanto se arrastra por el suelo. Tú obtendrás entre los inmortales los mayores honores. En cuanto a los hombres que hayan vivido en la injusticia, encontrarán aquí su castigo de todos los días, al menos aquellos que no aplaquen tu cólera mediante sacrificios y santas prácticas".

El rapto de Perséfone. Luca Giordano
Este mito puede también haber explicado los orígenes del ritual del matrimonio y ser interpretado como una alegoría de los rituales de los antiguos griegos, que sentían que el matrimonio era una especie de rapto de la novia por parte del novio. La más popular explicación etiológica de las estaciones puede haber sido una interpretación posterior.


REPRESENTACIONES DE PERSÉFONE / PROSERPINA


Escultura:


Pintura:


Literatura:


Música:


Ingeniería:





clásicos: Perséfone/Proserpina

jueves, 22 de marzo de 2012

PERSÉFONE

"Proserpina" de
Dante Gabriel Rossetti.
 
Perséfone (Περσεφόνη, ‘la que lleva la muerte’) es hija de Zeus y de Deméter. La joven doncella, que en un principio se llamaba Kore (Κόρη, ‘doncella), cambió su nombre por el de Perséfone cuando fue raptada por Hades y convertida en la reina del Inframundo.

En otros dialectos era conocida por otros nombres, como Persephassa o Persephatta. Homero la llama Persephoneia (Περσεφόνεια). Los romanos tuvieron noticia de ella por primera vez a través de las ciudades eólicas y dóricas de la Magna Grecia, donde usaban la variante dialéctica Proserpina (del latín proserpere, ‘emerger’) o Leptinis.

Perséfone está vinculada al mito de la primavera y es una deidad de vida, muerte y resurrección.



VISIÓN GENERAL

Perséfone, de Christian Friedrich Tieck
Su historia de Perséfone tiene un gran poder emocional: una doncella inocente, el dolor de una madre por el rapto y el regreso de su hija. También es citada con frecuencia como un paradigma de los mitos que explican procesos naturales, con el descenso y el regreso de la diosa provocando el cambio de estación.

Pero los griegos también conocían otra faceta de Perséfone. Ella era además la terrible Reina de los muertos, cuyo nombre no era seguro pronunciar en voz alta y a la que se referían como «La Doncella». En la Odisea, cuando Odiseo viaja al Inframundo, alude a ella como «Reina de Hierro». Su mito central, aún con toda su familiaridad emotiva, era también el contexto tácito de los extraños ritos iniciáticos secretos de regeneración de los misterios eleusinos, que prometían la inmortalidad a sobrecogidos participantes: una inmortalidad en el mundo subterráneo de Perséfone, en un banquete con los héroes bajo su pavorosa mirada.

Sin embargo, Perséfone no tenía una posición estable en el Olimpo. Solía vivir muy lejos de los demás dioses, siendo una diosa de la naturaleza anterior a plantar semillas y cultivar plantas. En la tradición olímpica fue cortejada por los dioses Hermes, Ares, Apolo y Hefesto, pero ella rechazó todos sus regalos y alejó a su hija de la compañía de los dioses. Así, llevaba una vida pacífica hasta que se convirtió en la diosa del inframundo, lo que, según los mitógrafos olímpicos, no sucedió hasta que Hades la raptó y la llevó allí con él.

GENEALOGÍA.

Según la Teogonía de Hesíodo, Perséfone era hija de Zeus y Deméter: “Y él [Zeus] fue a la cama de la abundante Deméter, quien concibió a Perséfone, la de blancos brazos, robada por Hades del lado de su madre”.

Casada con Hades, en muchos de los tratados de mitología griega se afirma que no tuvieron descendencia. Sin embargo, según los órficos son los padres de las Erinias (Tisífone, Megera y Alecto).

Junto a Zeus engendró a Zagreo, quien por instigación de Hera fue despedazado y posteriormente resucitado con el nombre de Yaco, y a Melinoe (Μελινοη, "Pensamiento oscuro"), diosa griega  de los fantasmas y de las ofrendas de propiciación hechas a los difuntos que cada noche descendía a la tierra acompañada de un séquito de fantasmas (cf. los misterios órficos). Se dice que Zeus tomó el aspecto de Hades y sedujo a Perséfone en el río Estigia, aunque algunas tradiciones atribuyen la paternidad de Melinoe al mismo dios Hades.

EPÍTETOS.

Deméter y Perséfone. Relieve del S. IV
Perséfone (“la que lleva la muerte”) es su nombre en la literatura épica de la Grecia jónica, cuyo nombre no era seguro pronunciar en voz alta y a la que se referían como «La Doncella».

Era frecuente referirse a Perséfone y su madre Deméter como aspectos de la misma diosa y eran llamadas «las Deméters» o simplemente «las diosas».

REINO

Como esposa de Hades, es reina del Inframundo, mandaba a espectro, gobernaba a los fantasmas y llevaba a cabo las maldiciones de los hombres.

Como hija de Deméter, ambas diosas fueron honradas como las principales divinidades de la abundancia y de la fertilidad, y por los agricultores que celebraban, en la época de la cosecha, fiestas como las Tesmoforias y las Eleusinias.

REPRESENTACIÓN Y ATRIBUTOS

Se la representa siempre joven con un ramo de narcisos o también sentada en un trono de ébano con una antorcha en la mano. Otras veces la encontramos en un carro tirado por caballos negros, junto a Hades.
Su atributo es la granada.

MITOS Y LEYENDAS

    Orfeo y Eurídice, de Rubens 
  • El romance de Eurídice y Orfeo. Perséfone, como despiadada reina de los muertos, sólo mostró clemencia una vez. Tras la muerte de Eurídice la música de Orfeo era tan arrebatadoramente triste que la diosa se conmovió y permitió que éste se llevase a su esposa de vuelta al mundo de los vivos con la condición de que ella caminase tras él y él nunca intentase mirarla a la cara hasta que estuviesen en la superficie. Orfeo accedió pero falló, al mirar atrás casi al final para asegurarse de que su esposa le seguía, y perdió a Eurídice para siempre.

    Venus y Adonis, de Ch. J. Natoire 
  • El romance de Adonis y AfroditaCuando Adonis nació, Afrodita lo tomó bajo su protección y fue hechizada por su belleza sobrenatural. Afrodita se lo dio a Perséfone para que lo cuidara, pero ésta también quedó asombrada por su belleza y rehusó devolvérselo. La discusión entre las dos diosas fue resuelta por Zeus (según otras versiones, por Calíope) quien decidió que Adonis pasase cuatro meses con Afrodita, cuatro con Perséfone y los cuatro restantes del año solo.

  • Cuando Hades persiguió a una ninfa llamada Mente, Perséfone la convirtió en una planta de menta.

    Teseo y Piritoo jugándose a Helena
    a los dados, 
    Odorcio POLITI
     
  • El cortejo de Pirítoo. Pirítoo y su amigo Teseo prometieron casarse con sendas hijas de Zeus. Teseo escogió a Helena, la secuestró con la ayuda de Pirítoo y decidió retenerla hasta que tuviese la edad de casarse. Dejaron a Helena con la madre de Teseo, Etra, y viajaron al inframundo, reino de la elegida de Pirítoo, Perséfone, y del marido de ésta, Hades, quien fingió ofrecerles hospitalidad y preparó un banquete. Tan pronto como la pareja se sentó, las serpientes se enroscaron en torno a sus pies, atrapándolos. Teseo fue finalmente rescatado por Heracles pero Pirítoo no tendría esa suerte.




clásicos: Perséfone/Proserpina